Reflexión | Fronteras, límites y capacidad de libre movimiento

Localización: Internacional

Año: 2014

Marco:  Concurso Aquine nº16: Umbral de las Américas

#Fronteras  #Territorio

 

n´UNDO propone una reflexión sobre lo que significan las fronteras, los límites, y la capacidad de libre movimiento de las personas.

El concurso Aquine número 16, Umbral de las Américas, planteaba un tema de importancia atemporal que permita abrir el escenario de la discusión, a partir de una convocatoria internacional para el diseño del umbral entre Tijuana y San Ysidro, como el punto de tránsito que logre resolver las necesidades programáticas de quienes están de paso y a su vez se convierta en el atractor y referente con vocación monumental de la frontera más transitada del mundo.

Planteaba en realidad una profunda reflexión sobre lo que significan las fronteras, los límites y la capacidad de libre movimiento de las personas. Las líneas que marcan la diferencia entre la vida y la muerte.

Antes el hombre sólo tenía cuerpo y alma. Ahora, además necesita un pasaporte, de lo contrario no se lo trata como a un hombre”.

(…)Antes de 1914 la Tierra era de todos. Todo el mundo iba a donde quería y permanecía allí el tiempo que quería. No existían permisos ni autorizaciones. (…) las mismas fronteras que hoy aduaneros, policías y gendarmes han convertido en una alambrada, a causa de la desconfianza patológica de todos hacia todos, no representaban más que líneas simbólicas que se cruzaban con la misma despreocupación que el meridiano de Greenwich.

Todas las humillaciones que se habían inventado antaño sólo para los criminales, ahora se infligían a todos los viajeros, antes y durante el viaje. (…) me doy cuenta entonces de cuanta dignidad humana se ha perdido en este siglo que los jóvenes habíamos soñado como un siglo de libertad, como la futura era del cosmopolitismo.

(…) considero un estigma los sellos de mi pasaporte y una humillación las preguntas y los registros.

Stefan Zweig | El mundo de Ayer. 1942

El fin de la Arquitectura es mejorar la vida de las personas y poner en valor el territorio con su presencia. No puede ser, por tanto, herramienta de intervenciones contra los derechos humanos, ni en su nombre puede construirse ningún elemento que enmascare tan compleja problemática como condensadores o  áreas de tránsito para el demagógicamente denominado “libre tránsito de personas”.

Se propone el desmantelamiento de todas las construcciones y elementos que dificultan e imposibilitan el fluir de la vida.

Es preciso borrar las postizas líneas que separan el mundo, y trabajar en una única línea, que funda y construya: el horizonte.